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Hay algo denso, unido, sentado en el fondo,

repitiendo su número, su señal idéntica.

Cómo se nota que las piedras han tocado el tiempo,

en su fina materia hay olor a edad

y el agua que trae el mar, de sal y sueño.

Pablo Neruda. Residencia en la tierra.

 

 

A menudo escucho resonar mi interior en los objetos que me rodean, veo mis huellas, mi reflejo más íntimo. ¿Cómo un objeto tiene encapsulados en sus entrañas mis recuerdos? ¿Cómo pueden habitar en mí y yo en ellos?...

 

Son recuerdos que gritan y se expanden, resonando en mi interior y envolviendo todo mi cuerpo. Sonidos de objetos que me he propuesto rascar, deshilar, desbaratar, destejer, deshebrar para llegar a sus más profundas y vívidas entrañas. En su parte más orgánica, encuentro ese eco de mis recuerdos, de mí.

Rincones y esquinas de mi casa con un sinfín de recuerdos acurrucados en  pelusas y polvo, en los cabellos de mis seres amados. Recuerdos que están impregnados de sensaciones, colores, sentimientos que recorren mi historia, mi esencia.

Me propongo deshilarlos para hacer un diario a través de mis recuerdos, de las sensaciones que ellos albergan. Este ritual sólo puede ser abordado por medio de la fotografía, que es mi lenguaje: “A través de mis fotografías puedo hablar de manera más intrincada y profunda que a través de las palabras” (Richard Avedon). 

Ritual de reconocimiento e integración. Mi casa, mi familia, mis recuerdos –sutiles pero escandalosos– regresan y le dan sentido. Fotografío para escuchar, recordar, sanar y continuar. Me acerco para encontrar lo más íntimo, lo más propio, lo originario: “Busca en el pasado para entender su propia vida, para darle sentido a su delirio y fuerza a su libertad” (Adriana Yañez).

Fotografío para encontrar y para encontrarme.

 

Escucha más a menudo

las cosas que los seres.

La voz del fuego se oye,

oye la voz del agua,

escucha en el viento

la breña que solloza.

Es el soplo de los ancestros.

                           Birago Diop. Soplos.

 

Las fotografías me cantan una canción de cuna, nostálgica y dulce. También me agreden sutilmente, recordándome que esa canción ha terminado, y me enfrentan con la realidad;  a veces esperanzadora, a veces pesimista...

Fotografías que me devuelven a los momentos importantes, aquellos que me definen, develando esa esencia primordial. Ellas buscan evocar las sensaciones que me producen mis recuerdos, para expandirse y resonar en los recuerdos de los demás. Son evocaciones como las de un poema, que te ofrecen una imagen que te impulsa a crear la tuya con los ecos de tus recuerdos. 

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